Los relojes de buceo no son solo para el verano, aunque es en el estío cuando florecen en playas y piscinas. Se asocian al buen tiempo y a las vacaciones por su resistencia al agua y porque son los mejores compañeros de buceadores, surferos y otros amantes de estar a remojo. Pero a ver quién se atreve a decir que muchos modelos no son lo suficientemente versátiles como para vestirlos a diario.
De todas las tipologías que engloban los relojes deportivos (para pilotos, de carreras, para exploradores…), los de submarinista son, posiblemente, los más populares. Hace mucho que dejaron de ejercer solo como herramientas para militares y otros profesionales que poblaban los océanos. Ahora son accesorios de moda. Y los hay que nunca abandonan la tierra firme.
En la playa padecen la presión de las profundidades marinas, los contrastes de temperatura, la corrosión… Por eso, las relojeras más prestigiosas los mejoran constantemente. Cada vez se sumergen más metros (hasta 11.000 en el caso del Deepsea Challenge de Rolex), lucen correas más resistentes y coloridas, como las de caucho, y materiales más ligeros como el titanio, e incorporan un bisel (el anillo acoplado a la caja que fija el cristal para proteger la esfera) que se mueve en una sola dirección, más seguro que el bidireccional. Además, cada vez vemos más ejemplares destinados a las mujeres.
Estos relojes se caracterizan porque son resistentes a los choques y a la corrosión que produce el agua de mar y legibles en la oscuridad, gracias a sus manecillas, números e índices luminiscentes. El dial grande y claro, los índices de formas simples —triángulos, círculos, rectángulos— y las anchas agujas de horas y minutos facilitan la lectura y previenen cualquier riesgo de confusión bajo el agua. Y, lógicamente, el reloj debe estar completamente sellado para evitar la entrada de agua, generalmente mediante una corona atornillada y una caja con rosca.
También ayudan a controlar los tiempos de inmersión y descompresión con su bisel giratorio graduado (con 60 minutos generalmente), y algunos están dotados de una válvula de escape de helio para el buceo de saturación con gas respirable a base de helio, propio de expertos. Porque para explorar los fondos abisales se necesita un amigo ahí abajo.

¿Qué significa que es hermético a 30 m?
Todo comenzó para ellos en 1926, cuando Hans Wilsdorf, fundador de Rolex, patentó un sistema de bisel, fondo y corona enroscados, con lo que el movimiento que daba vida al reloj quedaba protegido del polvo y la humedad. Alumbró la caja impermeable Oyster, y con ella el primer reloj de pulsera hermético. Las necesidades de los expertos buceadores fueron marcando en las décadas siguientes las características de un reloj bajo el agua, hasta que en los años 80 la Organización Internacional de Estandarización (ISO por sus siglas en inglés), una entidad no gubernamental con sede en Ginebra que elabora y publica normas internacionales, estableció los parámetros de un reloj de buceo, que se actualizaron en 2018.
Según la ISO 6425, los relojes acuáticos deben superar diferentes exámenes. Se sumergirán en agua a una profundidad de 30 cm ± 2 cm durante 50 horas a entre 18 y 25 grados centígrados y todos los mecanismos deberán seguir funcionando con normalidad. La prueba de condensación se llevará a cabo antes y después: el reloj se coloca sobre una placa calentada a entre 40 y 45 grados, y a continuación se deja caer una gota de agua sobre el cristal a entre 18 y 25 grados durante un minuto. Si se observa una condensación en la superficie interior del vidrio, el reloj quedaría eliminado.
Otras comprobaciones hacen hincapié en la resistencia del reloj a la sobrepresión del agua, en su legibilidad y en su estanqueidad, que el fabricante suele indicar en la parte trasera de la caja, expresada en metros, bares o atmósferas (1 bar = 1 atm = 10 metros). Los estándares de resistencia al agua de la ISO marcan un mínimo de 100 metros. Que un reloj sea sumergible hasta 30 m significa que resiste a una presión equivalente a una inmersión estática de 30 m de profundidad, no que 30 m sea la profundidad real de inmersión. Porque los movimientos del usuario (un salto, una brazada) y la fuerza del agua (chorros, corrientes) pueden incrementar la presión.
“La norma ISO puede engañar, porque se refiere a la presión de prueba en condiciones perfectas, de laboratorio. Hay marcas de uso profesional como Rolex, Panerai y Breitling que, cuando te dicen que son herméticos hasta 100 m, son 100 m. En otras, la indicación de 30 m da muchos problemas al servicio técnico. 30 m valen para lavarte las manos, pero para empezar a bañarte en una piscina se necesita un mínimo de 50 m”, dice Ángel Mouton, relojero de Wempe Joyeros.
Los 12 relojes de buceo que mostramos a continuación no ofrecen dudas sobre sus capacidades. Son una buena opción, ya sea verano o invierno, y para todos los bolsillos:












De arriba abajo y de izquierda a derecha:
- Yacht‑Master 37, de Rolex (acero y platino, 37 mm): 11.850 €
- Black Bay 58, de Tudor (acero, 39 mm): 4.330 €
- SPB511, de Seiko (acero, 40 mm): 1.550 €
- Aquis Date ‘Taste of Summer’, de Oris (acero y cerámica, 36,5 mm): 2.400 €
- Iced Sea Automatic Date 0 Oxygen, de Montblanc (acero, 38 mm): 3.600 €
- DS Action, de Certina (acero y aluminio, 34,5 mm): 480 €
- Orient Mako, de Orient (acero, 39,9 y 41,8 mm): 399,99 y 429,99 €
- Sub 200T Diamonds, de Doxa (acero, 39 x 41,5 mm): 9.400 €
- Scuba Fifty Fathoms Pink Ocean, de Swatch (Bioceramic, 42,3 mm): 400 €
- Fifty Fathoms Bathyscaphe, de Blancpain (acero, 38 mm): 11.150 €
- Superocean Automatic 36, de Tag Heuer (acero y oro rojo, 36 mm): 7.200 €
- Aquaracer Professional 300 Date, de Tag Heuer (acero, 36 mm): 4.000 €