Beyoncé (Texas, EE. UU., 43 años) ha cogido al toro por los cuernos y se ha montado a lomos de su nueva y décima gira: Cowboy Carter Tour, cuyas cifras prometen disparar su fenómeno a nuevos niveles con su 94% de entradas vendidas. Este nuevo rodeo de la popular cantante de Halo ha comenzado el pasado lunes 28 de abril en Inglewood, California, en un espectacular primer concierto que ha significado el regreso de «Queen B» a los escenarios tras su exitosa gira de 2023, Renaissance Worl Tour, con la que recaudó nada menos que 579 millones de dólares.
A través de los colores de la bandera estadounidense y mucho simbolismo en referencia a su cultura, la exintegrante de Destiny’s Child dejó a su público atónito con su gran puesta en escena y gran equipo de bailarinas, entre las que Blue Ivy, su hija de 13 años, se encontraba en primera línea. La hija mayor del matrimonio de Beyoncé y Jay-Z demuestra un gran talento a una muy temprana edad, confirmando que el ritmo se lleva en las venas tanto en las coreografías de temas icónicos como America Has a Problem, Deja-Vu, My Power y Black Parade, como en el doblaje de Kiara en la película de Disney Mufasa: El Rey León, a la que su voz da vida.
Sin embargo, esta vez, quien sí que robó todos los aplausos y todas las ovaciones fue Rumi, su hermana de siete años, quien apareció por primera vez bajo los focos mediáticos de la mano de su madre durante la canción Protector.
La gira recorrerá varias ciudades de Estados Unidos como Los Ángeles, Chicago y Nueva Jersey hasta finales de mayo. Posteriormente, Beyoncé se presentará en las únicas dos ciudades internacionales incluidas en el tour: Londres, con seis fechas, y París, con tres. A partir de junio, la gira continuará en Houston, Washington, Atlanta y Las Vegas -donde se ha tenido que añadir una fecha más-, para concluir el 26 de julio en Nevada.
Un show muy americano
El espectáculo tuvo una fuerte carga simbólica y estética. Beyoncé optó por todo lo alto “la reclamación de América” y también dedicó un poema a la comunidad negra del país, subrayando el contenido político y cultural de su nuevo proyecto musical.
Durante el concierto, la artista también respondió con estilo a las críticas que ha recibido recientemente, dejando de lado los estilismos inspirados en Texas, su estado natal, y apostando por un enfoque más amplio y ambicioso en esta etapa de su carrera. La gira promete ser una de las más memorables de su trayectoria y promete ser aún más millonaria que su anterior, Renaissance Tour, para así volver a marcar la diferencia en la historia de los escenarios y en su patrimonio, que se estima que oscila entre unos 760 y 800 millones de dólares.