Después de años de tensiones tras el Brexit, la Unión Europea y el Reino Unido han alcanzado un acuerdo histórico que busca mejorar sus relaciones en áreas clave como la alimentación, la cooperación militar y la seguridad fronteriza.
El pacto se cerró en Londres tras seis meses de conversaciones. Aunque todavía quedan detalles por concretar, ambas partes lo consideran un paso decisivo para “pasar página” y reconstruir una relación más estable.
Uno de los puntos más relevantes del acuerdo es la creación de una zona común sanitaria y fitosanitaria, que facilitará el comercio de alimentos entre ambas partes. Esto significa que Reino Unido se compromete a respetar los estándares de seguridad alimentaria y bienestar animal de la UE.
Gracias a esta armonización, productos como carnes, plantas y derivados podrán moverse con menos controles y retrasos. Para las empresas británicas, esto se traduce en menos burocracia y costes. Como ejemplo, podrán volver a exportar sin trabas productos como salchichas o hamburguesas, que estaban bloqueados desde el Brexit.
Defensa y seguridad: colaboración reforzada
En el terreno militar, Londres y Bruselas han acordado mejorar su cooperación en defensa y seguridad, especialmente ante la amenaza que representa la guerra en Ucrania. El Reino Unido podrá participar en el fondo europeo SAFE, destinado a reforzar la industria militar del continente, aunque primero deberá hacer una aportación económica, aún por definir.
También habrá más coordinación en ciberseguridad, protección de infraestructuras críticas y lucha contra amenazas híbridas. Además, ambas partes trabajarán juntas para mejorar el control de la migración irregular a través del Canal de la Mancha.
Pesca, energía y beneficios económicos
Uno de los puntos clave para desbloquear el acuerdo fue la decisión británica de permitir que los pescadores europeos sigan operando en aguas británicas hasta 2038. Esta concesión fue muy valorada por países como Francia y España.
En cuanto a la energía, se busca una mayor integración de los mercados eléctricos. El objetivo es facilitar el intercambio de energía renovable británica y nuclear francesa. También se alinea el sistema de comercio de emisiones, lo que permitirá a las empresas británicas ahorrar casi 1.000 millones de euros en costes.
La movilidad juvenil, aún pendiente
A pesar de los avances, el acuerdo no incluye aún un plan concreto para la movilidad de jóvenes entre 18 y 30 años, que desean estudiar, trabajar o hacer voluntariado en el otro lado del Canal de la Mancha. Ambas partes han expresado su intención de seguir negociando este punto, incluyendo la posible vuelta del Reino Unido al programa Erasmus+.
¿Y Gibraltar?
Aunque la cuestión de Gibraltar no formó parte formal del acuerdo, las autoridades europeas afirman que las negociaciones están avanzadas. El objetivo será alcanzar un marco que proporcione estabilidad y seguridad jurídica en la zona fronteriza.
Este acuerdo no lo resuelve todo, pero sí marca un cambio de rumbo en la relación entre Londres y Bruselas, con una visión más constructiva. Para empresas, ciudadanos y gobiernos, es una señal clara de que, pese a las diferencias del pasado, la colaboración sigue siendo posible.